martes, 11 de enero de 2011

2011

Bueno, hace ya más de un mes que no escribo. En este mes han pasado cosas. En la entrada anterior decía que iba a venir un amigo, no vino, pero parece ser que va a venir para finales de enero, lo cual me viene de maravilla.

En otro orden de cosas me tocó volver a España a pasar las navidades con la familia. El viaje, a pesar de la nieve, terminó bien, pero no gracias a, una vez más, Iberia y el aeropuerto de Barajas. Realmente me estoy planteando muy seriamente el tomar otras rutas para viajar que eludan dicho aeropuerto. Es el aeropuerto en el que nadie es responsable de nada, preguntas a cualquiera y ellos de eso no saben nada. Para atender a 10 personas en uno de los puestos de atención al cliente de Iberia, tardaron DOS HORAS Y MEDIA. Y lo sé porque yo era una de esas 10 personas. Sinceramente, lamentable, en especial porque casi todos eran cambios de vuelos, algo que por internet soy capaz de hacer en minutos y que si las máquinas de facturación lo permitieran, todos haríamos solitos, incluso aunque hubiera que pagar lo que fuera.

En fin, estoy hasta los huevos de los controles de seguridad de Barajas, los cambios de terminal, el pésimo trato al cliente... es que es la hostia. Sinceramente, la hostia.

Pero bueno, no pasa nada, llegué a casa vi a la familia (los regalos de navidad habían llegado antes, así que mi llegada fue triunfal) me reuní con los amigos de Santander y los que habían llegado a pasar las fiestas y todo eso. Por un lado bien, muy bien, pero por otro te das cuenta de que mientras a ti en 6 meses te han pasado la hostia de cosas, hay gente a la que no. En cierta forma me sentía como a dos velocidades, yo a una y ellos a otra. Raro, muy raro. Es como ver a gente que ha aparcado a un lado de la carretera y dice "y aquí me quedaré hasta el fin de mis días, ni para alante ni para atrás" y tú sigues con el coche preguntándote a dónde lleva la carretera, queriendo saberlo.

Pero es lo que tiene. Tras pasar en Santander 2 semanas, me preparé para volver para acá, a mi casa de Edimburgo. Tras otro viaje bastante largo (es lo que tiene coger 2 aviones, que entre que hay que estar allí un buen rato antes de que salga el vuelo y tal y que cual y esto y lo otro, pierdes horas que es la leche), el 5 logré abrir la puerta de mi casa. La verdad es que uno siente cierto orgullo, el 6 de enero se cumplían 6 meses completos de mi llegada a Edimburgo y creo que el resultado ha sido tremendamente positivo.

¿Cómo ha sido para mí 2010?


Curioso recordar cómo estaba allá por enero de 2010, con el trabajo en el poker recién empezado, recuperándome del pésimo 2009 a nivel laboral que viví (la crisis no perdona) y como unos meses después finalmente retomé la idea de irme a vivir fuera de España y esta vez iba a por todas. La segunda parte del año, ya aquí, ha sido cuando menos apasionante. Los primeros pasos, el conocer a gente, el hacerte a la idea... totalmente recomendable. En cierta forma el estar aquí por uno mismo, hace que todo dependa de ti. Las amistades, las cosas que hagas, las cagadas que cometas serán cosa tuya. No hay una casa de mamá a la que ir a comer ni que un amigo te saque a tomar algo para que conozcas a sus otros amigos o nada de eso, todo te lo guisas tú y te lo comes tú, lo que le da cierto interés extra. Sí, a veces es complicado pero hace que sea muy interesante. Algo que provoca cierto grado de adicción, por así decirlo, el ser independiente del todo, para lo bueno y para lo malo en otro país.

Ahora, 6 meses después, puedo decir que ya tengo cierto grado de rutina. Fines de semana en el pub, centro neurálgico de mi vida social, de vez en cuando quedar por ahí, durante la semana trabajar, ir al Tesco, etc, etc. Aún así esta rutina me es lo bastante "novedosa" como para seguir siendo interesante. Además que con el frío que hace tampoco es que se pueda hacer mucho más. Que vale, que muy bonita la nieve, pero joer que coñazo.

En resumidas cuentas, para mí 2010 ha sido un año excelente tanto en lo personal como lo laboral. Soy consciente de la enorme suerte (bueno, mucha de esa suerte me la he buscado yo) que he tenido ya que en términos generales 2010 ha sido una puta mierda de año para casi todo el mundo. Nadie se ha librado, y encima parece que el 2011 no va a ser mucho mejor, por desgracia. Pero para mí el año 2010 ha sido el de los viajes: Bulgaría, República Checa, las Highlands... y bueno, venirme a Edimburgo. El año de conocer gente, desde la gente que conocí en los torneos de poker hasta los escoceses del pub de la esquina. Por lo general he de decir que he tenido buena mano para conocer gente, se me ha dado bien y es curioso como eres capaz de conectar a veces con gente que no tiene absolutamente nada que ver contigo.
También ha sido el año del trabajo, creo que 2010 ha sido el año que mejor me ha ido a nivel laboral, esperemos que siga así.

¿Qué espero del 2011?

Pues muchas cosas. Para empezar que a parte de irme a mí bien en el trabajo, le vaya bien a mucha más gente, que se resuelvan ciertos problemas y que las cosas empiecen a tirar para adelante de nuevo. Me gustaría hacer un par de viajes más este año, pero dependo de factores externos a mí para ellos. Por ejemplo me gustaría irme a Gibraltar a ver a la gente de la empresa, algo que siempre ando medio posponiendo y que es un poco de traca, porque hay vuelos low-cost desde aquí hasta Málaga, de allí hay una tirada en coche y ya. También me gustaría ir a ver a mi amigo Yuri a Metz, él es el otro expatriado cantabro y con mucha más experiencia en esto, que lleva ya un montón de años fuera (y los que le quedan, ya que no le veo con muchas ganas de volver a España). Además Yuri va a venir a finales de enero para acá, así que me gustaría irle a ver para allá. Y una vez más hay vuelos low-cost para ir allí. Obviamente también me gustaría aprovechar para ver más sitios de Escocia, el verano pasado se me escapó la Isla de Skye, a ver qué se puede hacer esta primavera-verano a ese respecto (ahora no voy ni loco). Por ahora mi tiempo en Escocia va a continuar, me parece tremendamente interesante y en cierta forma, cada día es una pequeña aventura. Vale, hay días que las aventuras son ínfimas en plan "¿a qué hora llegará el de la lavandería?" pero hay otros días que sales de casa y que cuando vuelves dices "Madre mía". En lontananza tengo otras cosas interesantes, como el ir a ver un partido de rugby, al parecer va a ser Escocia - Irlanda, toma ya. Promete ser interesante. En verano al parecer quieren llevarme de pesca a uno de los lagos, algo que he aceptado sin problemas, siempre me ha gustado estar subido a cosas encima del agua. También empezaré a mostrar cierto interés extra en ir a conciertos de grupos y demás. Aquí hay mucho movimiento de eso, pero claro, tengo que hablar primero con Keith, el del pub que se domina todo este mundillo, porque ir a ver a los paquetoides de turno, como que no.

A finales de este mes cumplo 33 años, no me parece una mala edad, las hay peores no os creáis. (O eso me han dicho). En cualquier caso, y creo que esto es algo muy importante, estoy bastante satisfecho siendo quién soy y estando donde estoy. Esa es una de las cosas más importantes, creo yo, que se pueden tener en la vida. Otra, saberlo.


1 comentario:

  1. Pues enhorabuena tío, esperemos que sigas así y puedas mantener el status quo obtenido...

    Muy buena la analogía del coche y la carretera, pero se te ha olvidado catalogar un tercer grupo: aquellos que desean continuar, que se les ha acabado la gasolina y caminan hacia una gasolinera para repostar.

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