domingo, 20 de enero de 2013

César en las Ondas

Madre mía como vuela el tiempo y qué impresentable soy la verdad, que siempre tardo eones en alterar esto.

Buf, vamos a ponernos al día desde la última entrada...

Lo más relevante que me ha pasado fue cuando Isabel Gemio me llamó por teléfono para preguntarme qué tal me iba por aquí.

Aunque básicamente es eso, la cosa fue un poco más complicada, el día anterior contactó conmigo una de las colaboradoras del programa por si quería participar en un programa de radio. Tras una hora de charleta y tal en la que me enrollé como las persianas como viene siendo habitual, me entero de que el programa de radio es el de Te doy mi palabra, el de Isabel Gemio vamos. Yo que me creía que sería para algo pequeño y tal, pues toma.

Eso sí, la hora las ocho de la mañana (española, las siete aquí) del sábado.

La entrevista la tenéis aquí, y la verdad es que quedé bastante satisfecho, me habría gustado poder hablar más o citar algunos pubs de relumbrón, pero no pudo ser, la radio es lo que tiene, tienes tu tiempo y fuera.



En otro orden de cosas, la anécdota divertida y que creo que ejemplifica mucho lo que pasa en Edimburgo ahora mismo.

Estaba yo en mi casita cuando suena el timbre del portal. Contesto y en un perfecto inglés me preguntan si conozco algún español que resida por la zona y tal. Creyendo, en mi inocencia, que era alguien del ayuntamiento o del censo, o algo similar, le digo que hombre que yo soy español sí.

El tipo cambia al español y me dice que es un Testigo de Jehová y que quiere hablar conmigo sobre el señor.

Obviamente colgué al instante tras decirle que no gracias.

Hay ya tantos españoles en Edimburgo que tenemos nuestros propios Testigo de Jehová.

De hecho la cantidad empieza a ser tan espectacular que ya es algo que me suele decir casi toda la gente cuando me conoce. No lo dicen a malas ni nada, es que ya es un hecho "oye mira que hay muchos españoles en Edimburgo", "¡en la Royal Mile oigo más español que inglés!" y cosas así.

Mi opinión sobre este aluvión de españoles en Edimburgo ya la conocéis todos: demasiados sueños para tan pocos castillos en el aire. Triste y algo que me jode, pero la gran mayoría de los que vienen se tienen que marchar. En muchos casos me da exactamente igual, pero siempre hay esa historia que dices "jooooder".

En fin, que le vamos a hacer.

Por lo demás yo en mi mismidad no me puedo quejar. Las cosas siguen como siempre, trabajo tengo y mi red de pubs es ya tan extensa que soy capaz de dar charlas ya si hace falta.

Hay otros temas de los que me gustaría hablar, como eso de que haya vuelos directos Santander - Edimburgo o mi registro en el GP (médico de cabecera) de aquí, pero eso lo reservo para otras entradas.

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